No hice nada para merecerte.
Solo viniste,
tocaste
las flores del jardin
y luego entraste por la puerta abierta.
Estoy meciendome en tu silla,
en el columpio de tu cuerpo,
tu juegas en el piso,
creas historias,
habitas la inerte materia,
desapareces la inercia.
Fundido en mi cancion,
la vida canta en mi,
y mis manos
dicen lo que mis ojos,
que mis pies
que mi lengua
que no entendemos nada
que porqué estas acá
y no se absolutamente nada.
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