domingo, 8 de agosto de 2010
lloran palabras el sol
Solo espero no encontrarte murmurando en un rincón, aquellas ataduras viejas secas hienas del amor. Solo, espero no encontrarte regando el campo de mierda fértil con tus lágrimas que no quieren más que algo de pena. Solo espero verte humilde en el descuido de la vida que te da por quitada cada mancha en la cara, en la espalda, cada marca o herida que sangra y sin ambiciones solo busca cenizas de lo que alguna vez fue parecido a la calma. Soy un tipo tonto, descuidado, a veces un viejo lobo olvidado, que solo espera no cruzarte con los ojos cerrados. Mirar en ellos y recordar un pasado. Penetrar con filo e intensidad en tus pupilas, y que el alma que es responda, aunque con los ataques de furia precoz que el mundo convida te engañe, y a veces te escondas. Solo espero que a tu oído llegue el ruido molesto de mi voz, y que explote el punto único de verdad y desparrame sinceridad en tu corazón. Solo espero que entiendas, que en realidad no espero nada de eso. Que parafraseo de manera vulgar e inquieta porque mi espalda carga con infinitas palabras de lamento. Que escribo porque mi corazón carga con un latido débil, pero que se vuelve poderosamente fuerte como el viento cuando la vida me guiña un ojo para formar parte de tu aliento. Y aunque el mar sea el llanto de este sol, y nadie en el aire valore más a tú ser como el perfecto disfraz de los dioses que yo, el paraíso estará contento si con el agua de mis lágrimas crece en tu jardín preciado un nuevo reino lleno de soles
La nada
La nada es apagada como la llama que no baila, el fuego apenas encendido que no danza ni canta. Es nula y solitaria. A veces la observo desde aquí abajo, en donde nacen todos los caminos del aura, en lo profundo del precipicio, la llanura de este bosque cruel. Otras, desde arriba. Aquí sentado en el punto único de la cima de la montaña en donde soy la mano que se estira para generar la unión divina entre el cielo el sol y mi dulce tierra. Estar ahogado y bien adentro del agujero me da fuerzas para mirar, soy luz e irradio vitalidad. Estar en lo alto y a salvo de la sociedad me llena de vida para caminar, para volver a subir y bajar. Pero en ese punto gris dual y efímero. Ese momento en mudo que no grita ni sangra, que no llora ni extraña, que no ama ni bebe del néctar puro. Ese punto intermedio en donde las intensidades de la oscuridad y la luz rugen a mis costados, a mis espaldas, por debajo y por arriba. Ese punto es el que me quita la vida, y al igual que mi hermano el fuego, no hay danza que en mi alma este viva.
Mas solo que sol
Mas solo que la soledad en una noche oscura de invierno, oscura de grises y verdazos con un tinte apagado. Una película muda, mi película, en silencio. El caminar por la brea fría e indiferente de mis pasos va regando con veneno y lagrimas el camino de casa al parque. Es aquí cuando lamento no haber aprendido algunas artes del vivir, pues la música siempre supo alivianar dolores y florecer amor dentro de uno. Lastima.. No se silbar. Apenas puedo tararear esas canciones libres que salen de mi boca y remueven algún que otro órgano en mi pecho. Basta una gota de sangre en el inmenso mar para que las cuerdas de mi cuerpo se tensen ahorcando así al corazón entre sus hilos sueños. Basta un buen chorro de sangre en lo profundo del mar para quitarme todas las ganas de escribir, de cantar.
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