Festejo esta ilusión con algo de pena, dolor, furia y soledad. Festejo el encantamiento que el hombre creo, en un templo sagrado de la naturaleza. Aquí, cubre con su verde y vivo manto de luz el sol y los dioses que en mi corazón habitan. Silencios finos, aves clorofílicas, música nativa de la selva tierra. Aquí, rodeado de flores, de pasto y sabiduría arbolar, no me encuentro. Choco mis copas, comparto el vino. Bebemos juntos de la sangre que nos alimenta, y no me encuentro. Tengo sentidos divinos, un llamado profundo e intenso, sincero destino que me camina la piel. Me han hecho llorar, los amaneceres.. Las formas y texturas de las flores, la inmensidad del mar. Me ha hecho lagrimear enamorado, el vaivén de los árboles que al viento se entregan con arte. He temblado al ver nacer la tormenta en el vientre donde el cielo se une maternalmente al océano. He corrido y sentido miedo, al vivir tu furia huracanada. Te he agradecido.. Con mi corazón todo desnudo, por esta vida, hermosa vida.. Por las aves, amaneceres, tus mares y mis flores. Cada uno de sus aromas, el mas puro de mis sentires, de mis emociones que en mi cuerpo nadan..
No puedo, esquivar mis ojos. No quiero, dejar cerrarlos. Tal vez llegue el día en donde me calle, en donde ahogue mis gritos de fuego y tierra, ecos oceánicos.
Para cuando mis raíces se conviertan en piernas, y mi cuerpo de barro se seque.. Espero me usen para levantar aquella pared.. Cuando muera de sed, el agua de mi cuerpo, y preocupado me encuentre, espero me reciban con los brazos abiertos, nueva familia, y juntos elijamos para mi, unos nuevos y eternos zapatos.
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