Cuando por primera vez
te descubrí
o conocí
me sentía confundido
y te odiaba.
Eras todos esos edificios
y sus voces molestas
sus finos ecos que
lentamente
construyeron un tejido gris
entre nosotros
y la maravillosa música de la vida.
Eras oscura, impura,
eras el terrible.
Oh, peligro
asfalto y brea
reloj de arena
o de herraduras de cadena.
Tu te acercaste
mientras mis miembros temblaban
escondiéndose de ti,
aparente sombra extranjera
demonio de los sueños.
En ti
reconocí todas las guerras
y deseos que
rasgan la piel, de los nacidos del amor.
Me asustaste,
y te odie.
Sin embargo, quiero disculparme contigo.
Tu, oscuridad
nada tienes que ver
con mis alucinaciones
que dibujaban tu voluminosa capa
en forma de crueles edificios,
armas, bombas, tanques,
que se llevan de si, un pedazo de su dueño
o guía
para luego, hacerlo estallar en alguna parte
lejos
y también cerca.
Tu, oscuridad
solo abundas en mi existencia
y juntos,
somos la totalidad.
Reconocí tus ubres goteando la vid
la sangre o agua
en los canales marinos del mar de mi cuerpo.
Te vi
centro oscuro
y enigmático de la piedra
Te vi flameando a mi lado
desplegándote
esparciéndote libremente
en tu costado fiel, mirándome.
¡Al fin te vi!
Bella maldad
coronada espina de la madreselva,
veneno espeso de serpiente
sabia milenaria
que al gran Árbol nutre
y al insecto atrapa,
dejándolos eternos,
conservándolos en el tiempo.
Om! Bendigo todo tu cuerpo
que es mi cuerpo
y el cuerpo de todos.
Fragmento único
de mi ser
Luna
hermosa
de
mi
Sol:
Voy a quererte, abrazarte,
mantenerte cerca.. Bajo mi caricia.
Cerca,
pues quiero conocerte bien,
y
día
a
día
desarma r t e.
Conocer tus trucos
tus juegos
y mil caras.
Oh, oscura
Te tomare
como una flor
o mujer que amo,
conoceré
cada una de tus manchas
y lunares
y rocíos.
Aprenderé
qué te sonríe
y a que eres vulnerable.
Besare tu cuello
tu escondido lugar
tu esquina
en donde eres débil
y desde ahí
naceré el amor.
Pedacito
por pedacito
ire domando tus sentidos
y tu voz.
Finalmente,
te amare.
Te amare con profundidad
Es que quiero ahondarte en el silencio
y llevarte,
escondida en mi pecho
por algún sendero de luz.
Es que quiero que conozcas
otro costado de tu mundo:
El paraíso insondable que también habita en ti
Ciro.
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