Vengo añorando un tiempo vació,
un silencio
una pausa.
Los cielos se cubren de inconfundible abismo.
Su profundidad es inmensa,
y su misterio, certero.
Me lo he pasado bebiendo
el néctar de los senos de esta tierra,
embriagado del mundo,
arrastre mi cuerpo hasta tus pies
cansado
implorando tu abrazo
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