Mendigando a los pies tuyos,
me sentí pequeño,
oscuro,
miserable.
Reclamando tu atención,
me sentí dormido,
tonto y algo triste..
Pidiéndole al espejo de tus ojos,
comprendí la mezquindad de mi Ser,
que no se muestra,
que aun se esconde,
que silenciosamente
Sueña
desviviéndose en poemas confusos
en latidos perdidos de un corazón que calla.
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