Te tomo de la piel
como quien recoge las flores,
escogiendo cada una,
elevando,
desanudando raíces viejas,
disfrutando cada detalle.
Te tomo de los huesos
como tomo la tierra
cuando me inclino exhausto
y respiro el rocío fresco de sus poros,
porque sonríes y estas viva.
Te tomo
de la cintura,
del costado
o por sorpresa.
Te tomo de la mano..
Huelo tus hombros
y deslizo en tu cuello
como animal o bichito
y cierro los ojos.
Muerdo
apenas tu boca,
tus labios.
Beso la tierra
y bebo de ti
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