VIII
Te tomo por sorpresa,
entre la sombra de mis parpados,
me atrevo ante tu cuerpo
y gozo la tibieza de tu piel.
Mis manos de artesano,
mis dedos anarquistas..
Olfato de lobo, abrazo de serpiente.
Con suavidad, mi piel se incinera en revelación
con la tuya.
¡Partículas!
Tu cuerpo vive, pero vos te resistís.
Te entrego el calor de ovario,
de caricias arropadas.
Mi compañía de felino,
de fidelidad con el momento.
Te entrego el peso
de mi peso.
Flexiono mis ideas,
mi miedo
se encorva
y suelto las articulaciones,
suelto
caigo
de sar ti cu la do
y lodo y lobo y vivo sobre Vos.
Contengo con el universo a mi lado,
este finito tuyo.
Soy lo abrazo, Lo Madre,
-Lo secreto que sostiene-
Y oculto como raíz,
sombra
o fuego,
cobijo tu existencia,
Como la Muerte cobija la mía.
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