11.
Que no había más
decía,
que ya no habría
verso
o semilla
que valiese la sangre
hacer volar al viento
con la ilusión de tu oído.
Sople mi propio polvo,
el que tengo, mi señor.
Si no hay respuesta,
que no la haya..
Tú como quieras, cuando quieras,
yo estaré bailando.
Más si llegara a tu inquieta madriguera
una caricia,
aliento de serpiente,
sabe en el vientre que soy yo,
que es mi lengua,
que poesía
y cuerpo
son para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario