martes, 22 de junio de 2010
Crudo Invierno
Es que a veces llego a casa con las heridas abiertas de todo el día, en donde sin rodeos la angustia me encandila la vista, y sinceramente me gustaría encontrar una especie de guía, al menos un alma con quien compartir esta enfermedad. Esta constante pelea entre los mundos que habito y me habitan. Es que esta guerra me esta matando, se esta robando lo mejor de mi, me esta callando.. Y no en ese silencio perfecto que solía buscar. Me hiere ser la herida y no hay peor cosa en la vida de un inmortal que sentir dolencias por su enigmática condición. Es que la vida es hermosa, y una voz de acá adentro me lo recuerda todos los días.. Pero que tan fácil se escurren de mi mente estas palabras que acarician mi alma por un instante maravilloso. Que tan fácil fluye de nuevo esta confrontación, esta mierda de situación. Y es que más me hundo en esta agónica tristeza cuando veo lejanos aquellos días brillantes, lumínicos llenos de sol y paz y amor. Se que erróneamente alguna parte de mi asocia eso a lo bello, y la otra grita asustada que no me confunda! Que todo eso esta en mi! Es que todo eso nosotros lo sabemos, lo conocemos porque lo vivimos. Partimos de la nada y lo descubrimos, y lo hicimos nuestro. Y el correr de los días fue nublando aquella luz que cada mañana florecía con una sonrisa, y pronto, tal vez demasiado pronto, aquel abrazo fue convirtiéndose en un recuerdo. Y los días que no dejan de pasar, y hasta la intensidad del recuerdo se redujo a algo regular. Y los días como este que no dejan de llegar, que se acuestan en mis ojos y no me dejan mirar. Me cuesta desde lo mas profundo de mi corazón entonar estas palabras.. Pero en esta soledad hace frío, y necesito ayuda para vivir conmigo.
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