domingo, 17 de octubre de 2010

La miel del hombre

Te siento
en mi luna de piel,
el camino a la boca
del corazón.

En la naciente
del tobogán
te deslizas,
caes,
palpas
con blandas
desnudas manos
el tejido de tierra
que me sostiene.

Encuentras
la puerta,
el agujero de claridad
en la basta tormenta.
Fosas hambrientas
se mojan de deseo,
y en tu nombre
hacen sonar las campanas,
todas las copas
estallando
por vos.

Estallando

Y como
en ti creemos
palpas,
caes,
te deslizas
por la garganta de sed
que te sueña.
Calmas
el fuego,
todos los fuegos.

Endulzas
con miel de amor
todas las flores del mundo.

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