Al doblar en el camino del nimbè, sentí su presencia. Junto al gran árbol mago que habita en aquel punto esquinal de mi bosque, estaba parado, acompañado del instante triste y desolado, el aura característico de estos seres. Tras sus ojos, vació. Apenas reconozco la especie. Camine centrando mi energía en estar calma, desapercibida ante los ojos del mal, cuestión de caminar, oler las flores, sonreír al cielo, y sobre todo, libre. Al momento de entrecruzarse nuestros campos vitales, el choque es inevitable. La naturaleza de nuestras rarezas nos enfrenta, su arte escapa a mi arte, mi sol no sale en sus mañanas. Para mi sorpresa, el rostro que deslumbraba melancolía y saliva amarga, no mostró sus dientes como de costumbre. Se perfilo, con la nada que habita en su interior, la cual se puede observar con detalle al posarse con intensidad en sus ojos, solo, solo a mirarme..
¡Malditos tus ojos, que también miran! Que juzgan, sedientos de dolor, ansiosos de ver florecer en el otro el gusano del miedo, el virus maligno de la opresión, la sangre brotando como lluvia, que a la fuerza arrancas con tus manos de artesano, en el arte de la represión.
Al carajo con sus ojos, pensé. Caminé, para eso el sol me trajo al mundo, pues entonces, caminé. Entonces, lo que mi ser presentía, aquello de lo que toda la constelación de la vida me adelantaba en sinceros pulsos. Lo sentía. Le hable:
-¿Qué esconden esos ojos?
-Discúlpame, no te entiendo.
-¿Usted es de acá? No quiero ser ofensivo, muchas veces me intereso indagar en el fenómeno que usted es. Sabe, yo nunca pude desenfrascar su crudo pelaje. ¿Qué es exactamente usted?
Un silencio mortífero asesino el alma de la criatura. Sin embargo, aquel dolor tan fuerte que mis palabras habían ocasionado en su pecho, parecieron despertar en el una luz, como el primer brote que germino por primera vez en la primera tierra. Fríos, vientos, huracanes, calores, todo se agitaba con intensidad, con furia y calma, en el interior del fenómeno. Entonces, se dispuso a hablar:
-No se lo que soy. Rara vez me lo pregunto. ¿Y sabe por que? Mire. Cuando yo era niño, los días de lluvia, solía sentarme en el balcón de mi casa a observar una de las cosas que mas maravillosas le parecían a aquel joven y su mundo de fantasía. Aquella forma inexplicable en que el agua caía del cielo a regar mi jardín, a llenar de alegría mi corazón, se mezclo con aquel juego que practicaba. Solía dibujar. Las paredes, los techos, las mesas, las pieles. Dibujar, en si la magia estaba en el hecho de hacerlo simplemente, y aquello que con mis poderes tocase, se empolvaba del polen especial del arte humana. Cierto día, caminando con mis hermanos en el bosque, volviendo del lago (Es en aquel lugar en donde los amaneceres mas lindos del universo, se pintan solos, uno los deja penetrar en los ojos, y la esencia misma los trasluce en la hoja), encontramos la màta. Nunca habíamos visto una. De chicos, habíamos escuchado historias, en donde el hombre aceptaba el sacrilegio de tener la màta en su poder, a cambio de cargar con la maldición del ser, la pobreza del alma. El bosque limpiaba sus vientos de estos rumores, pues sabían que hacían daño al corazón de nuestro oído. Nosotros, infantilmente, buscábamos debajo de las piedras, en lo alto de las montañas, un aire, un fino susurro que trajera algún detalle más de aquella figura encantada, preciosa y deseada. Así fue. Ahí estaba, posando delante de nuestros hambrientos ojos, inquietas manos. Entonces, abandone esa vida, y con ella, a lo que quedaba de mí.
El virus del mal se había instalado en nosotros, había echo de nuestro corazón su hogar y lo había llenado de polvo y suciedad. Nos mirábamos, lejos de ser hermanos, confrontados, dispuestos a despellejarnos por la posesión de aquella reliquia maléfica.
El don, el privilegio de tenerlo.. Esas montañas, el bosque, el universo entero, todo en mi mano, solo por tenerla. La màta te brinda el poder sobre todo, privándote del poder sobre ti mismo. Tu controlas quien come, quien no.. Quien pelea las guerras, quien aprende nuestro lenguaje, quien vive y quien no. El costo, tu alma y tu corazón se escapan, se ahogan en nubes grises a las que no podrás quitar con un simple soplido.
Apresuradamente tome la màta, y por ser el elegido, sometí a los demás, ahora inferiores, mucho mas bajos que yo, a rendirse.
Desde entonces, convivo con esto. Algunos dicen que es una especie de condena maldita, un sufrimiento. Yo estoy seguro, sabes, es la mejor manera, mas bien, la única manera de vivir.-
Silencio. Yo no podía sentir.. Estaba frió, lastimado por lo que percibía. La flor más pura del jardín, había mutado, cambiado su sangre clorofílica por veneno humano. Una semilla amiga, hermana artista, había abandonado los colores, los había perdido a manos de la oscuridad. Sentí pena por aquel niño, por el crimen de su alegría, por la perdida de sus colores.
El silencio había perdurado demasiado. Yo también cargaba con mi reliquia, mucho más poderosa que la màta que ciega a los seres, mucho más divina y celestial. Saque del bolsillo un lápiz verde y se lo di. Le confesé con toda verdad, que con el podría desdibujar sus formas, las de él y las del mundo. Con aquel lápiz, podría dibujar al niño, y mezclarse una vez mas con el.
La criatura lo tomo como examinándolo. Miro el objeto desconocido, olvidado en los rincones de alguno de sus cuerpos pasados, y dejo caer al suelo. Dirijio su mirada a mis ojos, que enrarecidos lo miraban con desilusión. Sospechando de mi presencia, su semblante entero cambio, y un muro se levanto entre los dos. Con palabras hechas de hielo y aire frio, me hablo:
-¿Me permite el documento caballero?
El dolor punzante del pecho, siempre hierve adentro de mi cuerpo al verme envuelto en esa situación. Lo que amo esta de un lado, ellos siempre del otro.
martes, 23 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
El Tiempo
El tiempo
voluminoso imperio
me atraviesas
con lanzas de hierro oxidado
todo el cuerpo
mi corazón de niño.
Filoso tiempo,
cuentas
a picaneadas
el aire que respiro.
Ahogas
y desarmas.
Curas
y me dejas olvidar.
Tiempo
ausente, engañoso
valioso tiempo.
Traes a mí
la guerra:
La miseria inmensa
del hombre.
Tiempo,
eres fuerte y poderoso.
Como el viento
me haces temblar
y callar.
A veces,
querido tiempo
me haces temer.
Inyectas en mi sangre
el miedo
de que te escapes
de que te roben
y te quiten de mi mano.
Tiempo,
a pesar del miedo,
de tu oscuridad
y tu atractivo poder
déjame contarte mi secreto:
Tiempo,
tu no eres
si yo no soy.
Tu, tiempo, eres efímero,
volátil
inestable
fino
como tu esencia misma.
Tiempo,
Tú, no eres.
Tú, sin mí
no existes.
Tiempo,
heredado por los hombres
que ya habitaban
antes de yo nacer.
Tiempo,
descubrí tu disfraz,
tu mentira infantil,
tu juego
broma de un niño.
Tiempo,
tu sin mi, no existes:
Yo te invento.
Yo
te creo, te pinto.
Te encuadro en una palabra
“Tiempo”
para invocarte
cuando de tu ancestral vuelo
alado e inventado
quiero hablar.
Tiempo,
hermano
en esta trama,
infinito punto que somos todos.
Quiero decirte
que no es tu existencia
tu origen lo que me interesa en verdad.
Sea lo que seas,
cuantos nombres guardes bajo tu vestido,
solo quiero vivirte.
Cristalizar mis ojos
de plena atención
de pura conciencia
y vivir
vivirlo todo.
voluminoso imperio
me atraviesas
con lanzas de hierro oxidado
todo el cuerpo
mi corazón de niño.
Filoso tiempo,
cuentas
a picaneadas
el aire que respiro.
Ahogas
y desarmas.
Curas
y me dejas olvidar.
Tiempo
ausente, engañoso
valioso tiempo.
Traes a mí
la guerra:
La miseria inmensa
del hombre.
Tiempo,
eres fuerte y poderoso.
Como el viento
me haces temblar
y callar.
A veces,
querido tiempo
me haces temer.
Inyectas en mi sangre
el miedo
de que te escapes
de que te roben
y te quiten de mi mano.
Tiempo,
a pesar del miedo,
de tu oscuridad
y tu atractivo poder
déjame contarte mi secreto:
Tiempo,
tu no eres
si yo no soy.
Tu, tiempo, eres efímero,
volátil
inestable
fino
como tu esencia misma.
Tiempo,
Tú, no eres.
Tú, sin mí
no existes.
Tiempo,
heredado por los hombres
que ya habitaban
antes de yo nacer.
Tiempo,
descubrí tu disfraz,
tu mentira infantil,
tu juego
broma de un niño.
Tiempo,
tu sin mi, no existes:
Yo te invento.
Yo
te creo, te pinto.
Te encuadro en una palabra
“Tiempo”
para invocarte
cuando de tu ancestral vuelo
alado e inventado
quiero hablar.
Tiempo,
hermano
en esta trama,
infinito punto que somos todos.
Quiero decirte
que no es tu existencia
tu origen lo que me interesa en verdad.
Sea lo que seas,
cuantos nombres guardes bajo tu vestido,
solo quiero vivirte.
Cristalizar mis ojos
de plena atención
de pura conciencia
y vivir
vivirlo todo.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Viajar
Un viaje al cielo.
La tierra
guarda las huellas,
infinitas marcas que
con un olor característico
dan lugar
a mi origen.
El vientre verde del que nací.
Siento reencarnarte a la distancia,
madre de los suelos floreados
padre majestuoso
atesorando secretos de luz
en lo alto de la montaña
en la tierra mojada
que sobre ella
carga un mar
un océano de vida.
Sirena marina
clorofila del alba
savia caliente
lava volcánica
néctar santo
polen dulce
miel divina
fertilidad
de las flores y del sol.
Quiero reencontrarme
con toda tu envestidura
en este viaje
que tantas lunas demoro en llegar
Quiero sentir
el latido
eterno:
Todas las voces
aquí en mi pecho.
La tierra
guarda las huellas,
infinitas marcas que
con un olor característico
dan lugar
a mi origen.
El vientre verde del que nací.
Siento reencarnarte a la distancia,
madre de los suelos floreados
padre majestuoso
atesorando secretos de luz
en lo alto de la montaña
en la tierra mojada
que sobre ella
carga un mar
un océano de vida.
Sirena marina
clorofila del alba
savia caliente
lava volcánica
néctar santo
polen dulce
miel divina
fertilidad
de las flores y del sol.
Quiero reencontrarme
con toda tu envestidura
en este viaje
que tantas lunas demoro en llegar
Quiero sentir
el latido
eterno:
Todas las voces
aquí en mi pecho.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Araña
Araña
pequeño dios
que baila.
Tiendes
cómo las semillas
de los árboles.
De tu
fina danza
aprendo
la vida.
Caes
hilándote
con el fruto
seda natural
que tú
solo tú
creas.
pequeño dios
que baila.
Tiendes
cómo las semillas
de los árboles.
De tu
fina danza
aprendo
la vida.
Caes
hilándote
con el fruto
seda natural
que tú
solo tú
creas.
Soy lleno
Siempre que te quiero describir,
explicar el fenómeno ancestral,
compartirte,
no puedo hacerlo
sin manchar
la pureza
de la piel que te baña,
oda mágica.
No se quererte
sin ensuciar
la claridad de tu existencia
con mis
pobres
pobres palabras
que te quieren alcanzar.
Pobres
palabras que
buscan
reencarnarte en la lengua,
pero que nunca
jamás
estarán cerca,
tan
pero tan cerca
como yo de ti
insondable vida.
Soy lleno, sólo percibiéndote.
explicar el fenómeno ancestral,
compartirte,
no puedo hacerlo
sin manchar
la pureza
de la piel que te baña,
oda mágica.
No se quererte
sin ensuciar
la claridad de tu existencia
con mis
pobres
pobres palabras
que te quieren alcanzar.
Pobres
palabras que
buscan
reencarnarte en la lengua,
pero que nunca
jamás
estarán cerca,
tan
pero tan cerca
como yo de ti
insondable vida.
Soy lleno, sólo percibiéndote.
Brote verde
El hombre conocerá su ruina,
su inmensidad vacía,
la pobreza del alma,
la soledad.
Abrazarà su oscuridad
de insondable fuego
y resurgirá
como el fénix
brote verde de la ceniza.
su inmensidad vacía,
la pobreza del alma,
la soledad.
Abrazarà su oscuridad
de insondable fuego
y resurgirá
como el fénix
brote verde de la ceniza.
Todos hombre
El hombre
carga en el vientre
invierno y primavera.
Heladas ausentes
le atraviesan la piel
congelando
las flores del jardín.
Baños de luz
que
entibian
la tierra de mis pies,
le calientan el alma.
El hombre
fertilizando la vida,
repartiendo abrazos
de puerta en puerta como el sol.
carga en el vientre
invierno y primavera.
Heladas ausentes
le atraviesan la piel
congelando
las flores del jardín.
Baños de luz
que
entibian
la tierra de mis pies,
le calientan el alma.
El hombre
fertilizando la vida,
repartiendo abrazos
de puerta en puerta como el sol.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Germinar
Si percibo el fuego
emergiendo
de la profundidad
de la selva
del bosque
del mar
del viento
del ojo del caballo
el vientre
o
el león
Yo, responderé:
Con un grito intenso
desbordando los limites del lenguaje.
Responderé:
Mezclándome con el grito,
siendo el calor
lava pura del volcán.
Vida mía,
no dudes,
no conmigo.
Yo responderé,
que con la tierra
y las semillas
germinaremos la vida
emergiendo
de la profundidad
de la selva
del bosque
del mar
del viento
del ojo del caballo
el vientre
o
el león
Yo, responderé:
Con un grito intenso
desbordando los limites del lenguaje.
Responderé:
Mezclándome con el grito,
siendo el calor
lava pura del volcán.
Vida mía,
no dudes,
no conmigo.
Yo responderé,
que con la tierra
y las semillas
germinaremos la vida
Magia nativa
Todo lo que pueda significar con palabras, por mas magnificas que sean, delicadas y femeninas palabras que acarician, nunca abrazaran el elixir místico de la vida, la esencia mas pura detrás de la palabra.
Alguna vez, bebí del néctar, del vientre de la tierra tome la sangre de caballo, buscando descubrir, más y mas rincones laberínticos de este mar inmenso en el que como espejo de cristal, me veo reflejado.
Traducirlo a palabras, ensuciarlo con una bella envestidura, coronada y escondida.
Hoy, no siento, ya no siento hacerlo.
Silenciar en el universo, me llevo a confundirme con el.
Bendito día en el que calle.
Benditos, todos los días.
Vida mía,
ya no te quiero perder.
Quiero a mi cuerpo
al corazón
limpios,
desbordando luz:
La magia nativa,
energía milagrosa,
don de curar,
Sol de soles,
dichosa posibilidad de amar.
Alguna vez, bebí del néctar, del vientre de la tierra tome la sangre de caballo, buscando descubrir, más y mas rincones laberínticos de este mar inmenso en el que como espejo de cristal, me veo reflejado.
Traducirlo a palabras, ensuciarlo con una bella envestidura, coronada y escondida.
Hoy, no siento, ya no siento hacerlo.
Silenciar en el universo, me llevo a confundirme con el.
Bendito día en el que calle.
Benditos, todos los días.
Vida mía,
ya no te quiero perder.
Quiero a mi cuerpo
al corazón
limpios,
desbordando luz:
La magia nativa,
energía milagrosa,
don de curar,
Sol de soles,
dichosa posibilidad de amar.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Gota arácnida que baila
Siempre
Siempre te quiero.
Lamentablemente
amo el brillo
con todas sus sombras.
La seguridad combativa
amenazante
que brota y me vive como la sangre.
La duda de toda la existencia,
de mis ojos.
La duda de vos, de mi.
El sol que trajiste escondido
esperándome
en silencio, en algunas de esas noches,
benditas noches,
donde nos aventuramos en la selva del espejo.
Ocultando tu verdad,
el fruto inmaduro y verde
que naciste para mi:
La vida
con insondable hermosura
que amaneciste para mi,
y que juntos
convidamos todos los días.
La luna
que con tiniebla escondiste
sutil y ferozmente
detrás de aquel sol,
que supo ceder toda,
toda su luz
a los pasos sin fondo de la noche.
A tus laberínticos ojos,
al dolor que enmaraña esta soledad
que apenas comparto contigo.
La bendición pura de haber nacido,
una maldición que perdura
mientras estas vivo.
A tus dioses vientos
que despiertan
y destruyen.
A tus dedos,
deseos de aire
que ahogan
cuando estas
y cuando no.
A tu lengua
animal sin cadena
que ladra veneno y dolor,
que esconde lagrimas,
un mar
bajo el corazón.
A tu lengua de fuego,
que alumbra, entibia y calienta.
Que quema
y todo vuelve al fuego.
A tu mirada de aire celestino,
caricias blandas caen como plumas
al aposento de los dioses
que esconde tu piel.
Siempre,
por sobre todo
te quiero siempre.
Con tus
multifacéticos formas y caras:
Enigmáticas
como las mías
Siempre te quiero.
Lamentablemente
amo el brillo
con todas sus sombras.
La seguridad combativa
amenazante
que brota y me vive como la sangre.
La duda de toda la existencia,
de mis ojos.
La duda de vos, de mi.
El sol que trajiste escondido
esperándome
en silencio, en algunas de esas noches,
benditas noches,
donde nos aventuramos en la selva del espejo.
Ocultando tu verdad,
el fruto inmaduro y verde
que naciste para mi:
La vida
con insondable hermosura
que amaneciste para mi,
y que juntos
convidamos todos los días.
La luna
que con tiniebla escondiste
sutil y ferozmente
detrás de aquel sol,
que supo ceder toda,
toda su luz
a los pasos sin fondo de la noche.
A tus laberínticos ojos,
al dolor que enmaraña esta soledad
que apenas comparto contigo.
La bendición pura de haber nacido,
una maldición que perdura
mientras estas vivo.
A tus dioses vientos
que despiertan
y destruyen.
A tus dedos,
deseos de aire
que ahogan
cuando estas
y cuando no.
A tu lengua
animal sin cadena
que ladra veneno y dolor,
que esconde lagrimas,
un mar
bajo el corazón.
A tu lengua de fuego,
que alumbra, entibia y calienta.
Que quema
y todo vuelve al fuego.
A tu mirada de aire celestino,
caricias blandas caen como plumas
al aposento de los dioses
que esconde tu piel.
Siempre,
por sobre todo
te quiero siempre.
Con tus
multifacéticos formas y caras:
Enigmáticas
como las mías
martes, 9 de noviembre de 2010
La claridad de la sombra
Tengo
dos pies
ligeros y hábiles.
Pies buscadores
que me llevaron a vos.
Tengo
dos manos
con las que toco
palpo
acaricio
los espacios
eternos de tu piel.
Tengo
dos ojos
con los que te miro.
Dos pequeños espejos
de lo que la vida
sembro aquí adentro.
Pero sabes, amor:
Tengo
también
dos caras.
Un invierno para cada primavera.
Tengo
dos pies
con los que escapo
me alejo de mi, de vos
de todos.
Tengo
dos manos
con los que
desgarro pieles
araño con salvajismo
los sueños de los otros.
Manos con las que ahorco
y me lastimo.
Tengo
dos ojos
con los que convido
el reflejo oscuro
de los huracanes siniestros
laberínticos cielos negros
del interior de mi cuerpo,
en lo profundo de este
pequeño
efímero insecto que soy.
(Tengo
al universo
enteramente abismal
en mi:
De estos ojos para adentro:
Todo en mí).
dos pies
ligeros y hábiles.
Pies buscadores
que me llevaron a vos.
Tengo
dos manos
con las que toco
palpo
acaricio
los espacios
eternos de tu piel.
Tengo
dos ojos
con los que te miro.
Dos pequeños espejos
de lo que la vida
sembro aquí adentro.
Pero sabes, amor:
Tengo
también
dos caras.
Un invierno para cada primavera.
Tengo
dos pies
con los que escapo
me alejo de mi, de vos
de todos.
Tengo
dos manos
con los que
desgarro pieles
araño con salvajismo
los sueños de los otros.
Manos con las que ahorco
y me lastimo.
Tengo
dos ojos
con los que convido
el reflejo oscuro
de los huracanes siniestros
laberínticos cielos negros
del interior de mi cuerpo,
en lo profundo de este
pequeño
efímero insecto que soy.
(Tengo
al universo
enteramente abismal
en mi:
De estos ojos para adentro:
Todo en mí).
El oscuro del Ojo
Diosa del reino de Hades.
Reliquia peligrosa.
Sepultamiento de los tiempos
Eternos.
Dime, luz oscura
¿A que has venido a este mundo
de tierra,
de verdes ancestrales
y flores
que es mi cuerpo,
mi jardín oscuro
en el corazón compartido
del alma?
¿A que caíste de los cielos
de mi infancia
y mis vidas,
inocentes caricias,
que creí perder?
Pequeña gota oscura.
Gota pequeña y negra.
Infinita caída
eterna
al pozo ciego
de tus ojos.
Dime
pequeña
gota
¿Tienes algo,
algo mas para mi?
Reliquia peligrosa.
Sepultamiento de los tiempos
Eternos.
Dime, luz oscura
¿A que has venido a este mundo
de tierra,
de verdes ancestrales
y flores
que es mi cuerpo,
mi jardín oscuro
en el corazón compartido
del alma?
¿A que caíste de los cielos
de mi infancia
y mis vidas,
inocentes caricias,
que creí perder?
Pequeña gota oscura.
Gota pequeña y negra.
Infinita caída
eterna
al pozo ciego
de tus ojos.
Dime
pequeña
gota
¿Tienes algo,
algo mas para mi?
miércoles, 3 de noviembre de 2010
La espuma al cielo
Ahora que te tengo enfrente, aunque mi corazón, mi persona entera lo implore a llantos violentos, infantilmente desgarradores, no podría, hermoso fruto lejano, hija del cielo blanco y puro que se deslumbra a escondidas, amor, amor, no podría hablar de cualquier, cualquier otra cosa. De las mesas, de mis piernas, de la sabiduría de los árboles. Aunque el universo, el sol, la vida.. Aunque, haya otras, historias que contar, momentos bañados en gloria virgen y celestina, estrellas que reencarnar con tu lengua, con tus ojos que reviven el fuego de estas palabras al rozarlas, al tocarlas. Aunque todos los símbolos que alguna vez nacieron, fueron escritos, creados. Aunque toda, toda la tierra.. Tu, mujer, lo rebalsas todo.
Eres el mar desbordándose entero, en tu cuerpo que es la copa del cielo, mojando todas las caras, que son tu vasto universo verte, terrenal. Campo de girasoles que como yo, buscamos la luz, la miel en los ojos que miran como vos miras.
Eres la vida, con su envestidura divina, floreada de misterio. La imponente aurora que destella con furias de amor el agua que moja los rincones, cada esquina abismada de las gargantas del mundo que llevan a mi corazón.
Eres el mar desbordándose entero, en tu cuerpo que es la copa del cielo, mojando todas las caras, que son tu vasto universo verte, terrenal. Campo de girasoles que como yo, buscamos la luz, la miel en los ojos que miran como vos miras.
Eres la vida, con su envestidura divina, floreada de misterio. La imponente aurora que destella con furias de amor el agua que moja los rincones, cada esquina abismada de las gargantas del mundo que llevan a mi corazón.
Animal
No me comas.
No me muerdas
ni cocines.
No me mates.
No me críes
en una jaula.
No me mires
ni acaricies
cuando el alimento
dejas caer
en aquel plato sucio
del que todos comemos.
No observes
ni evalúes.
No midas mi peso,
mi precio.
No me vendas
y vendas
y vendas
para que otros
cometan conmigo
las mismas
oscuras formas
con mi vida
mi cuerpo
mi dios.
Yo te he comido.
De tu ser me he alimentado.
Yo te mate.
Todas las veces, te mate.
Te crié.
Te acaricie, mascota
del infierno que es el hombre.
Yo te di de comer
Yo te di agua..
Yo no te di nada.
Nada.
Vi a otros criarte.
Los vi evaluarte,
venderte.
Los vi encerrarte.
Los vi comer
y matar
y matarte,
matar a todos.
Los vi,
y mis ojos.
Me vi,
y mis ojos
lloraron
culpa
dolor
pena
y amor.
Lloraron por ti,
por mi
y por todos,
todo.
Con mi cuerpo violente el tuyo.
Te devoré sin asco.
Con los ojos de mi alma
(Los ojos)
te sentí,
y con mi corazón
del universo entero
te abrasé y ame
animal, hermano.
Por eso,
junto a tu lado
canto
al oído de este planeta:
No me comas.
No me muerdas
ni cocines.
No me mates
ni me críes…
No levantes las paredes de tu jaula.
No me muerdas
ni cocines.
No me mates.
No me críes
en una jaula.
No me mires
ni acaricies
cuando el alimento
dejas caer
en aquel plato sucio
del que todos comemos.
No observes
ni evalúes.
No midas mi peso,
mi precio.
No me vendas
y vendas
y vendas
para que otros
cometan conmigo
las mismas
oscuras formas
con mi vida
mi cuerpo
mi dios.
Yo te he comido.
De tu ser me he alimentado.
Yo te mate.
Todas las veces, te mate.
Te crié.
Te acaricie, mascota
del infierno que es el hombre.
Yo te di de comer
Yo te di agua..
Yo no te di nada.
Nada.
Vi a otros criarte.
Los vi evaluarte,
venderte.
Los vi encerrarte.
Los vi comer
y matar
y matarte,
matar a todos.
Los vi,
y mis ojos.
Me vi,
y mis ojos
lloraron
culpa
dolor
pena
y amor.
Lloraron por ti,
por mi
y por todos,
todo.
Con mi cuerpo violente el tuyo.
Te devoré sin asco.
Con los ojos de mi alma
(Los ojos)
te sentí,
y con mi corazón
del universo entero
te abrasé y ame
animal, hermano.
Por eso,
junto a tu lado
canto
al oído de este planeta:
No me comas.
No me muerdas
ni cocines.
No me mates
ni me críes…
No levantes las paredes de tu jaula.
lunes, 1 de noviembre de 2010
Naces cuando naces
Siento como la relación entre el edificio que hiberna mis deseos de fuego, y el cuerpo compañero que junto a mì camina, esta empezando levemente a mutar. El lazo tan presente en los tiempos de vida contada por el minutero, sede con madures a mi crecimiento, a la evolución de mis alas de aire y agua. Aquella cadena, aquel hilo fino y delgado, mirada invisible.. Aquel fenómeno que me liga a vos, que me conecta con este lugar que sos, ya no quiere lastimarme ni sangrarme. Reinó en mis primeros años de soledad ausente, de inocencia virgen, para luego caer en mi, con todo el peso de la aurora gris. Reinó, para luego marchitarse conmigo, y así, una vez atravesada aquella tormenta vil y fría, de caricias ásperas y sutiles roces de miel sucia, resurgir juntos del fuego. Percibo con ágiles sentidos, el espacio ahora me abraza, me contempla con una llanura plena, dibujando a pinceladas un valle calmo, sereno, estancando en sus ojos.
Yo he caminado con pies torpes, ciegos y despiertos, el sendero de la vida. Yo he caminado, infantil, animal, abiertamente. Caminado, hasta llegar a ningún lado. Es lindo enfrentarse a tu cicatriz cortante, a tu piel de cemento y vidrio, a tu estomago sin techo, el pulmón de aire en el centro de este castillo convidando el aroma que me conquisto. Recuerdos.. Es lindo, porque ya no quieres matarme. Trajiste para mi, sombras, pasos perdidos. Sacudiste con tus formas, mis raíces fuertes, tentaste mi alma al agujero ciego. Llenaste mi universo, de vacío. De tiempo, de mentira, de caras.. Todo. Todo, todo, todo, para desde la oscuridad, la rabia desaforada y agobiante, desde el ojo insaciable de aquel huracán mudo, maligno.. Todo, todo, todo, para ver, ver la luz de esta enseñanza, del dichoso y ancestral camino, el reflejo del sol en mis ojos que te miran, y agradecidos, en silencio todavía te aman.
Yo he caminado con pies torpes, ciegos y despiertos, el sendero de la vida. Yo he caminado, infantil, animal, abiertamente. Caminado, hasta llegar a ningún lado. Es lindo enfrentarse a tu cicatriz cortante, a tu piel de cemento y vidrio, a tu estomago sin techo, el pulmón de aire en el centro de este castillo convidando el aroma que me conquisto. Recuerdos.. Es lindo, porque ya no quieres matarme. Trajiste para mi, sombras, pasos perdidos. Sacudiste con tus formas, mis raíces fuertes, tentaste mi alma al agujero ciego. Llenaste mi universo, de vacío. De tiempo, de mentira, de caras.. Todo. Todo, todo, todo, para desde la oscuridad, la rabia desaforada y agobiante, desde el ojo insaciable de aquel huracán mudo, maligno.. Todo, todo, todo, para ver, ver la luz de esta enseñanza, del dichoso y ancestral camino, el reflejo del sol en mis ojos que te miran, y agradecidos, en silencio todavía te aman.
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