Siempre que te quiero describir,
explicar el fenómeno ancestral,
compartirte,
no puedo hacerlo
sin manchar
la pureza
de la piel que te baña,
oda mágica.
No se quererte
sin ensuciar
la claridad de tu existencia
con mis
pobres
pobres palabras
que te quieren alcanzar.
Pobres
palabras que
buscan
reencarnarte en la lengua,
pero que nunca
jamás
estarán cerca,
tan
pero tan cerca
como yo de ti
insondable vida.
Soy lleno, sólo percibiéndote.
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