Siento como la relación entre el edificio que hiberna mis deseos de fuego, y el cuerpo compañero que junto a mì camina, esta empezando levemente a mutar. El lazo tan presente en los tiempos de vida contada por el minutero, sede con madures a mi crecimiento, a la evolución de mis alas de aire y agua. Aquella cadena, aquel hilo fino y delgado, mirada invisible.. Aquel fenómeno que me liga a vos, que me conecta con este lugar que sos, ya no quiere lastimarme ni sangrarme. Reinó en mis primeros años de soledad ausente, de inocencia virgen, para luego caer en mi, con todo el peso de la aurora gris. Reinó, para luego marchitarse conmigo, y así, una vez atravesada aquella tormenta vil y fría, de caricias ásperas y sutiles roces de miel sucia, resurgir juntos del fuego. Percibo con ágiles sentidos, el espacio ahora me abraza, me contempla con una llanura plena, dibujando a pinceladas un valle calmo, sereno, estancando en sus ojos.
Yo he caminado con pies torpes, ciegos y despiertos, el sendero de la vida. Yo he caminado, infantil, animal, abiertamente. Caminado, hasta llegar a ningún lado. Es lindo enfrentarse a tu cicatriz cortante, a tu piel de cemento y vidrio, a tu estomago sin techo, el pulmón de aire en el centro de este castillo convidando el aroma que me conquisto. Recuerdos.. Es lindo, porque ya no quieres matarme. Trajiste para mi, sombras, pasos perdidos. Sacudiste con tus formas, mis raíces fuertes, tentaste mi alma al agujero ciego. Llenaste mi universo, de vacío. De tiempo, de mentira, de caras.. Todo. Todo, todo, todo, para desde la oscuridad, la rabia desaforada y agobiante, desde el ojo insaciable de aquel huracán mudo, maligno.. Todo, todo, todo, para ver, ver la luz de esta enseñanza, del dichoso y ancestral camino, el reflejo del sol en mis ojos que te miran, y agradecidos, en silencio todavía te aman.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario