miércoles, 3 de noviembre de 2010

La espuma al cielo

Ahora que te tengo enfrente, aunque mi corazón, mi persona entera lo implore a llantos violentos, infantilmente desgarradores, no podría, hermoso fruto lejano, hija del cielo blanco y puro que se deslumbra a escondidas, amor, amor, no podría hablar de cualquier, cualquier otra cosa. De las mesas, de mis piernas, de la sabiduría de los árboles. Aunque el universo, el sol, la vida.. Aunque, haya otras, historias que contar, momentos bañados en gloria virgen y celestina, estrellas que reencarnar con tu lengua, con tus ojos que reviven el fuego de estas palabras al rozarlas, al tocarlas. Aunque todos los símbolos que alguna vez nacieron, fueron escritos, creados. Aunque toda, toda la tierra.. Tu, mujer, lo rebalsas todo.
Eres el mar desbordándose entero, en tu cuerpo que es la copa del cielo, mojando todas las caras, que son tu vasto universo verte, terrenal. Campo de girasoles que como yo, buscamos la luz, la miel en los ojos que miran como vos miras.
Eres la vida, con su envestidura divina, floreada de misterio. La imponente aurora que destella con furias de amor el agua que moja los rincones, cada esquina abismada de las gargantas del mundo que llevan a mi corazón.

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