lunes, 17 de mayo de 2010

improvisaciones del alma

La improvisación de una y todas y cada una de las facetas de mi corazón volcadas en una hoja… Tiene gustito a utópico. Si pudiera tan solo dibujarlas me ahorraría tal caudal de energía necesaria para bajarte la luna o acunarte en el sol. Ahí estamos parados. Algunos afirman que uno busca dar vida quitándose la suya, llenar vacíos vaciándose de uno. Sin embargo, elegimos derrochar la tormenta cuando queremos. En lo personal, aparentemente, decidí el espacio más difícil. Sin embargo, la dificultad de dar desaparece cuando es lo único que me devuelve la vida. Entonces aquí el complejo, el papel más dificultoso resulta el más fácil para sobrevivir de nosotros mismos. Quizás mi tiempo se escurrió en el mismo tiempo. Tiempo de ojos sordos en los que no supe ver el vuelo de la música que canta melodías sobre el compartir (Siempre canta). El mundo ronronea con el Sol, todos los días la misma historia. Sin embargo, sigue siendo esa pieza de mi vida en donde curaste la ceguera de mis oídos, un espejo no para cualquiera, la que me mantiene en pie. Esa voz que baila desnuda en mi oído y me entretiene cuando duermo, todas las noches, toda la noche. La que me permite soñar, el aire que el esclavo muere por respirar.

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