lunes, 17 de mayo de 2010

una amiga cualquiera

Si te dijera que no derrocharía lágrimas al pasar por cualquiera de tus soles estaría empapando mi mundo de mentiras. Podría hasta incluso susurrarte un abrazo y dejar contagiarme por tu dolor, y compartir aquel temor. Quizás también jugaría a detener este veneno, ponerme firme y gritarle al miedo: “No tienes por donde entrar” Pero en este cuento me encuentro callado, mi voz se anido en un silencio abrumador, para gritar con vos

No hay comentarios:

Publicar un comentario